Con poco coco, mi nueva columna
Hace un tiempo, mi querido amigo Carlos Manuel Álvarez comenzó a cortejarme con la idea de escribir una columna sobre música para El Estornudo; aquello era parte de una larga e interrumpida conversación que venimos sosteniendo desde hace tiempo sobre estos asuntos. Aunque la propuesta siempre me pareció atractiva, mis esfuerzos estaban concentrados en AMPM, pero pasó el tiempo, mi mundo se reconfiguró, y aquella invitación empezó a resonar de otro modo. Cada vez encontraba menos excusas para decir que no. El resultado es Con poco coco, un espacio dedicado compartir algunas ideas sobre la música en Cuba. El título lo tomo prestado de un tema de Bebo Valdés que nació al calor de las legendarias descargas cubanas de los años 50, mi esperanza es que el espíritu tutelar de Bebo me guíe y me suelte la mano para hablar con una pizca del sabor e inteligencia de aquellas jams.
En esta primera entrega me hago una pregunta —la existencia (o no) de una industria musical en Cuba— que me sirve de excusa para lanzarme a hacer un bosquejo mínimo y un cuestionamiento a propósito del ecosistema musical cubano actual.
Debe salir al menos una vez al mes, así que ya saben: hay un nuevo lugar desde el que podemos conversar.